miércoles, 17 de mayo de 2023

Que me vean llorar

Golpes,  quizá no tan duros en la vida, pero que hacen que te replantees el inicio de nuevo, el por qué de haber llegado hasta aquí.

Ninguna esperanza que me detenga, cómo me decía Alix hace diez años. Todavía no lo entendía por entonces. Todavía no era yo.

Curioso que después de tener el mejor regalo de la vida, haga falta un palo para despertar. Para necesitar volver al origen. Para buscar entre las notas y tocar fotografías. Para volver a escribir. Para pensarnos. 

Creía haber vagado bastante, que necesitaba hacer las paces con la estabilidad. Pero mi propia naturaleza me devolvía ahora el alcance del salto que nunca di.

Como la búsqueda nace de la carencia, así quería el destino que siguiera en ella. La búsqueda depredadora. Arrebatándome las pocas elecciones vitales que había tomado.  Para que, sino era capaz de inventar pasiones nuevas, al menos reprodujera las antiguas con la misma intensidad.

Moriremos mirando. Eso sin duda. Imposible descansar.

Escucha lo que mis ojos no pueden decir.

Hoy todo hablaba de mi. La editorial, no hay penas.

Educar y desaprender. Todo ello al mismo tiempo. 

Para volver a escribir, todo esto hacía falta.