viernes, 21 de febrero de 2014

desaparecer

Había dejado de sentir, de escribir, de leer.
En un momento que se suponía de grandes ilusiones y decisiones, de ganas de hacer; yo estaba más apática que nunca. No prestaba atención a los detalles, no profundizaba, no me paraba a pensar ni a mirar.
A veces lloraba por las noches. Eso me consolaba. Todavía guardaba algo de sensibilidad.

La ansiedad de querer estar siempre en un lugar diferente al que estoy, de vivir en un lugar diferente al que vivo, se había vuelto en mi contra traduciéndose en una profunda dispersión que me hacía no detenerme ante nada.

Entonces, entré como terapia en uno de mis blogs de referencia y encontré la siguiente cita de Simone Weil: Amar es estar atento. Tan sencillo como eso.

Yo sabía que estaba distraída, que los últimos años de mi vida habían pasado de una forma muy superficial por delante de mi, sin que me diera tiempo casi a tocarlos.


Pero no era consciente de la gravedad que suponía esta falta de atención.

lunes, 10 de febrero de 2014

encuentro

Y en lugar de reprocharme los veinte minutos de retraso, ella me miro, con una sonrisa y una calma propia solo de aquellos que saben estar consigo mismos y me dijo, “tranquila, hacia mucho que no me paraba a mirar”.


Yo pensé que sería así como elegiría mis amigos a partir de ahora.