martes, 2 de diciembre de 2014

valor

Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía. Y, si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos.

Así definía hoy Pessoa mi falta de valentía, entre mis libros.

sábado, 1 de noviembre de 2014

lunes, 19 de mayo de 2014

desbastando el tiempo

Hay personas y lugares que consiguen detener el tiempo. Que hacen que los sonidos y los olores se nos presenten más intensos, y las luces nos descubran solo los detalles y rincones importantes, dejando las prisas en las más profundas sombras.  

lunes, 7 de abril de 2014

los que se quedan

Y siempre nos quedará la duda de si la vida continua cuando nosotros no miramos.

viernes, 4 de abril de 2014

Quizá estar vivo sea esto, perseguir instantes que mueren.

Muriel Barbery

lunes, 31 de marzo de 2014

falsa huida

Irse es menos difícil sabiendo que hay gente esperando tu regreso.

miércoles, 19 de marzo de 2014


Dulce nana del olvido

Mi falta de atención me atormenta cada día.

Intento convivir con la dispersión, con el desinterés hacía los estímulos del mundo, pero no lo consigo. Mi existencia, que siempre se había mantenido en la sombra pero muy despierta, ahora se está volviendo vacía incluso para mí misma. Estoy difuminándome poco a poco.

No poder sobrepasar la superficie de las cosas me lleva a una perdida de identidad irreparable. Me ahogo al no poder mirar. Las cosas pasan por delante de mis ojos reclamando mi atención, pero mi mente no quiere profundizar.

Me cuesta levantar los ojos. Me cuesta mantener la mirada. Me supone un gran esfuerzo escuchar o sumergirme en las profundidades de un libro, en los matices de una luz, en la sensibilidad de un proceso lento y ascendente.

Sigo en busca de mis monstruos, de esas obsesiones que no me dejaban dormir.

Se han diluido en un mundo multipantalla y unidireccional. En un sistema de miras cortas donde no se presta atención al horizonte, y los ojos encuentran freno a un metro de la cara. En un mundo virtual distraído que no deja sitio a la reflexión o al entusiasmo. Un mundo que convierte todo en translucido para que miremos a través de la superficie. Que no presta atención al pasado porque ni tan siquiera observa su presente.

Mi cámara de fotos, abandonada en un armario en un exceso de arrogancia del pasado; es hoy la única capaz de devolverme el alma. O en ello confío.

lunes, 17 de marzo de 2014

Como los murciélagos, nuestra ausencia mide las distancias por el eco.
Ramón J. Sender

sábado, 8 de marzo de 2014

16 de enero de 2013

Quizá el camino sea largo, las distancias duras y el viaje casi insoportable. 
Pero quizá también no nos demos cuenta de que el camino es solo una linea entre dos puntos, la distancia algo pasajero y el viaje una forma de vida.

Es solo entonces cuando la lluvia cala.


viernes, 21 de febrero de 2014

desaparecer

Había dejado de sentir, de escribir, de leer.
En un momento que se suponía de grandes ilusiones y decisiones, de ganas de hacer; yo estaba más apática que nunca. No prestaba atención a los detalles, no profundizaba, no me paraba a pensar ni a mirar.
A veces lloraba por las noches. Eso me consolaba. Todavía guardaba algo de sensibilidad.

La ansiedad de querer estar siempre en un lugar diferente al que estoy, de vivir en un lugar diferente al que vivo, se había vuelto en mi contra traduciéndose en una profunda dispersión que me hacía no detenerme ante nada.

Entonces, entré como terapia en uno de mis blogs de referencia y encontré la siguiente cita de Simone Weil: Amar es estar atento. Tan sencillo como eso.

Yo sabía que estaba distraída, que los últimos años de mi vida habían pasado de una forma muy superficial por delante de mi, sin que me diera tiempo casi a tocarlos.


Pero no era consciente de la gravedad que suponía esta falta de atención.

lunes, 10 de febrero de 2014

encuentro

Y en lugar de reprocharme los veinte minutos de retraso, ella me miro, con una sonrisa y una calma propia solo de aquellos que saben estar consigo mismos y me dijo, “tranquila, hacia mucho que no me paraba a mirar”.


Yo pensé que sería así como elegiría mis amigos a partir de ahora.