Elegir la dirección por la que ir de forma repentina, como si no importara la decisión que tomamos.
Caminar sin saber a donde ir.
Observar con calma rincones escondidos y sin interés.
Cogerse al otro para no pasar frío.
Entender la vida como un paseo, nocturno, recreándonos en los detalles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario